25 ago 2018

El mejor helado del mundo

Encontré el mejor helado del mundo! Se llama Persia, está en Bolzano en la heladería Avalon y tiene vainilla, aceite esencial de rosa búlgara, miel de castaño, azafrán y pistachos. Pero mas importante que los ingredientes es la historia qué hay tras él, la mía de cómo llegué hasta Bolzano para probarlo y la de heladería Avalon.


Empecemos por la de Avalon o la ‘Officina del gelo’...  en Italia no hay una reglamentación que especifique ¿qué  es un helado artesanal?, por lo que cualquiera puede comprar las mezclas meterlas en la máquina y decir que son artesanales. Por eso el nombre de Avalon es la oficina del helado, porque ellos llevan casi cuarenta años elaborando helados verdaderamente artesanales, con leche entera y fresca, limones de Sicilia, mangos de Pakistán y pasas Chilenas. Y déjenme decirles que se nota la diferencia! Mi debilidad máxima en Italia (qué se pueda contar aquí claramente) son los helados, a donde quiera que voy los como y debo confesar que más de una vez al día. Como esto ya es casi profesional, para poder comparar la calidad entre heladerías siempre elijo al menos un sabor igual: Fondente (chocolate amargo), otros sabores que siempre pido son limón porque es refrescante y pistacho porque me recuerda a mi mamá. No es fácil calcular cuantos helados he comido las 4 veces que he  venido a Italia, es más fácil calcular los kilómetros qué he recorrido desde Salerno por el sur y el Lago di Orta por el norte, deben ser unos 1000 km, por lo que tienen que creerme cuando les digo que Persia de Avalon es el mejor helado del mundo.

Pero la verdad es que no es sólo el sabor de este helado lo que lo hace sublime, es la historia de cómo llegue hasta él, que se remonta a 7 años y los 2500 kilomentros qué hay de Israel a Italia. Como pueden leer en los posteos del 2011, fui a trabajar de voluntaria a una excavación en Magdala, que ha sido una de las experiencias más lindas que he tenido, no solo por la arqueología, sino por los amigos que hice en ese viaje.

Cuando reviso mi vida siempre termino agradeciendo los amigos que tengo, porque efectivamente me siento como Roberto Carlos porque tengo un millón de amigos. Por ejemplo esos amigos que conocí de forma virtual por twitter y ahora son parte fundamental de mi vida, ahí también conocí a Marcela mi colega mexicana que me invitó a trabajar en Magdala donde conocí a Gabriele hijo del dueño de Avalon, por eso les decía que mi travesía hasta este sabor de helado tiene muchos años y kilomentros.

Lo que me conmovió al probar los helados del padre de Gabriele, es que me recuerdan todas esas historias de amistades que han marcado mi vida, como Javier que me recibió en su casa en Tel Aviv porque una amiga en común le dijo que lo hiciera y sin pensarlo me dejo la llave de su departamento sin conocerme siquiera, o Tim que lo conocí en un bus de Eilat a Jerusalem y llevamos años en contacto, lo recibí cuando viajo a Chile con su novia y ellos tomaron un avión de Ottawa a Halifax solo para verme un par de días, o Fabio que no lo veía hace años y tomó un tren a Milano para pasar conmigo unas horas y Guillaume que desde Paris siempre me  manda mis chocolates favoritos porque sabe que no los venden en Chile. Bueno y Gabriele que este verano pasó un día por Santiago y fue cuando lo recibí en mi casa y me contó que su familia tenía una heladería en Bolzano.

En fin, los helados de Avalon son increíbles, el sabor Persia indescriptible y sublime, pero para mí además tiene el sabor del cariño que lo hace inmejorable. Seguiré comiendo helados en Italia (espero que por muchos años más). Pero tengo la certeza de que ya comí  el mejor helado del mundo.